x. Visita Inesperada. {Con Zack}

Suspiró suavemente. Una de sus mejores cualidades era precisamente esa; Enfadarse.

- Mh. - Fue lo único que se le ocurrió decir. Se le quedó mirando de nuevo y es que bajo la luna, la piel del vampiro se veía... Extraña. Los humanos no emanaban tanta belleza y era realmente curioso.

Le había dado las explicaciones y aún así parecía molesto.
Decidió dejarlo estar. No sabía tratar muy bien esas situaciones y prefirió no hacer, nada por si era peor.

Volvió a mirar a la luna. Unas nubes amenazaban con taparla. Siempre le había gustado mirarla, como si ejerciese alguna especie de embrujo sobre él.

Suspiró.

Aún viéndole esbozó una pequeña sonrisa. Parecía incluso pensativo. Tan sigilosamente cómo pudo se puso en pie y se sacudió la parte trasera del pantalón, la cual expulsó algo de la tierra que acomuló al estar sentado en el suelo.

Giró suavemente sobre sus talones y estiró hacia el cielo los brazos en un vano intento por desprezarse.

Observó curioso aquel gesto. Nunca había visto nada tan raro.
Como el otro estaba levantado, él hizo lo mismo.

-Oye, ¿ocurre algo?-preguntó para romper aquel incómodo silencio.

Le miró de reojo por encima de su propio hombro izquierdo y volvió a girar, esta vez encarandose a él.

- Pues te vi tan enamorado de la luna que creí que tal vez desearías estar a solas con ella. - Pronunció con total naturalidad, alzando los hombros.

Rió por su comentario. Había sonado casi celoso.

-¿Yo? La vi demasiadas veces, es mi compañera de noches, ya me entiendes-dijo sin alterarse lo más mínimo.

De repente, creyó escuchar algo.
Agarró a Kanda del brazo y se lo llevó con él tras una tumba, esperando a ver que ocurría.

- Vayaa... Pues entonces si eres un loco enamorado. - Mascullo ciertamente divertido.

Pero no pudo proseguir con aquello, el pequeño tirón del vampiro le hizo arrugar el ceño, pero se dejó guiar. Apoyó la espalda contra el mármol de la tumba y miró hacia un costado, tratando de ver algo entre la penumbra de la noche.

Parecía que alguien se acercaba. Podría ser algún cazador, por eso se había escondido. No es que tuviese miedo pero no quería tener problemas y mucho menos meter en algún lio al otro simplemente por el hecho de estar allí con él.

Se llevó un dedo a los labios en señal de que el otro permaneciese en silencio. Ya le explicaría todo más tarde.

Nada. Por más que intentaba centrar la vista, no veía absolutamente nada más que oscuridad, una oscuridad que cegaba. Cerro los ojos y desistió. Reanudó su compostura y volvió aapoyar la espalda contra el frío mármol de la tumba.

Miró al vampiro que tenía al lado, parecia tenso. Nervioso. Eso le hizo ponerse alerta. No sabía la razón, pero sus sentidos le índicaban que tal vez tendía que actuar.

Asintió al movimiento del dedo de su compañero y llevó la diestra hacia la saya de la espada. Bien sabía que con ella no se podía atravesar la dura piel de un vampiro, pero tal vez lograría ayudar en algo.

Nada. Ni un ruído. Ni una voz. Su corazón latia con fuerza, en espera.

Los minutos se le hacían eternos.
Sin duda alguna se trataba de un cazador ya que aquella figura estaba como buscando algo, además ¿qué le habría llevado a acercarse allí si no?

Poco a poco parecía que se marchaba, lentamente.
Suspiró casi inaudiblemente, parecía que el peligro había pasado.

Suspiró al unisono de su compañero y dejó de hacer presión en el mango de su katana.
Relajó toda su musculatura aún apoyado contra la susodicha fría piedra de la tumba y entrecerró los parpados.

Alzó una mano y se retiró con calma el cabello que obstaculizaba su visualización y poco después, habló con voz queda.

- Era humano. -

Asintió levemente.

-Era un cazador-le explicó.

Sabía que no necesitaría decirle nada más, estaba seguro que sólo con eso lo comprendería. Aún habiendo pasado el peligro, no se movió de su sitio.
Aquellas cosas siempre lo alteraban.

Rió suavemente, cubriéndose los labios con el reverso de la muñeca derecha. Verle en ése estado confuso era gracioso, simplemente, pensaba que los vampiros tenían otro talante en ése tipo de situaciones.

Bajo la mano con la que segundos antes se habia cubierto la boca y bajo esa mano junto a la otra para apoyarlas sobre el frio suelo. Sí, hacia frío. Tal vez debido a la hora que era.

Miró hacia su compañero una vez obtuvo la respuesta y frunciendo el ceño, volvió sin ganas la mirada al cielo.

- Podría haber acabado con él y tendrías un enemigo menos. - Alzó los hombros.

Sonrió con tristeza.

-Todavía no-dijo seriamente- Yo mismo podría haber acabado con él, pero todavía no.

Se quedó mirando en dirección a donde el cazador se había marchado. Hasta no descubrir quien era el cazador que había matado a sus padres, se había prometido no eliminar a ninguno ya que quería descubrir de quien se trataba para vengarse de la peor manera posible, por eso debía estar seguro de quien era antes de matar a ningun otro, no fuese a equivocarse.

Suspiró.

-Pero gracias de todas formas-dijo por lo bajo, casi inaudiblemente, refiriéndose al ofrecimiento del otro.

El silencio que se produjo mientras el otro se veía sumido en sus pensamientos le hizo moverse, medio inquieto, medio molesto. Se podía palpar la débilidad de quién permanecia junto a él.

Frunció los labios y procedió a apoyar las rodillas contra el frío mármol de la tumba que tenía bajo a él y dando halago de ágilidad, alcanzó el cuerpo del joven justo cuando le dio las gracias. Se ruborizó y agradeció a la noche el que ocultase bajo su oscuridad, resguardando aquel hecho.

- De nada. - Sonó frío, cerca de él. No sabía la razón, pero tampoco pudo hacer nada para controlarlo. Se abrazó al vampiro. Rodeó desde atrás los firmes hombros de éste y practicamente le obligó a terminar recostado contra el propio pecho.

Soltó un bufido y cuando lo consideró portuno, le liberó de la presión de sus brazos.

La aparición de aquel cazador le había puesto alerta, casi enfadado.

Y entonces ocurrió aquello. Le estaba abrazando y él no sabía que hacer. Simplemente dejó que el otro le abrazara, no le molestaba en absoluto, más bien lo contrario, pero no iba a demostrárselo al otro, aquello no era propio de él.

Una vez el otro le hubo soltado, le hubiese gustado preguntarle el porqué de aquel gesto, pero por alguna extraña razón no lo hizo.

-Eres un humano mu curioso-dijo intentando romper el hielo, casi como un halago.

Viró el rostro tan buen punto abandonó de entre sus brazos el frío contacto del vampiro. Pese a que su cuerpo acababa de entrar en contacto con el mármol sus mejillas proseguían tintadas en un suave tono rojo.

Suspiró y se llevó una mano a la frente, ordenandose meticulosamente aquellos mechones que insistían en obstruir la poca visión que tenía en la penumbra. Poco después y tras el comentario del otro; Sonrió, dando aún gracias a la oscuridad que les invadía.

Simplemente le podría haber explicado la razón del abrazo; Siendo evidente que tras el casi-contacto con el cazador, el pelinegro se había quedado casi tan inquieto cómo él y pensó que un pequño contacto físico le calmaría... Y así fue.

- Y tu un vampiro poco corriente. - Encogió los hombros, y volvió lentamente la mirada hacía él.

Rió por el comentario. En su vida, le habían llamado de todo y nunca nada fue tan "light". Si alguien le preguntaba, nunca lo reconocería, pero la verdad es que se sentía muy agusto hablando con aquel humano.

La luna volvió a hacer acto de presencia en todo su esplendor, permitiéndoles verse a la perfección.
Se fijó en el tono de las mejillas del otro.

-Tus mejillas, están de color rojo-le dijo señalándoselas con su dedo índice de la mano diestra. No sabía que significaba aquello aunque sí que no era algo corriente en los humanos.

Además, parecía que, conforme le había dicho eso,más acuciado se volvía este color.

Maldijo a la luna. ¡Le había traicionado!. Se sintió intimidado tras aquella acusación y sin pronunciar palabra para "defenderse", volvió a girar la mirada, centrándose ahora en una de las tumbas que no había muy lejos de ambos.

Su rubor claramente había ido en aumento conforme al otro le señalaba, resopló sonoramente y entrecerró los parpados, tratando en vano de calmarse.

- Me dio calor. - Se excusó, aunque lo cierto era que hacia frío. Pero supuso que los vampiros no eran conscientes de los cambios climáticos...

"Quizás si.". Mente traicionera. Le hizo volver alarmado la vista hacia el pelinegro y observó sus fracciones, tratando de adivinar si le había o no creído.

Aquella era una reacción demasiado extraña que no entendía, pero decidió dejarlo estar.

-No hace falta que mires para otro lado hombre, la verdad es que estas muy guapo asi-le soltó sinceramente, como si nada.

Con su mano diestra se revolvió algunos mechones de su cabello para luego colocarlos...a su manera.
Le estaba mirando fijamente y no sabía que hacer, asique, sonrió.

"Guapo".

Entrecerró los ojos, primero incrédulo y después, nuevamente alarmado. Alzó las manos y las movió negativamente; Gesto meramente infantil, pero que importaba.

Al estar pendiente de sus gestos, poco le faltó por levantarse y ayudarle a colocarse correctamente la cabellera... Detuvo de golpe su propio pensar. ¿Que clase de pensamientos eran esos?. Se llevó una mano a la frente y se la golpeó reiteradas veces, cómo alejando, a empujones, aquello de su mente.

- Creo que se hace tarde... -Titubeó. - Es hora de que regrese. -

Apoyó sutilmente las manos sobre el frío de aquella tumba y con estas se impulsó sutilmente. Se tambaleó al principio, pero después mantuvo su posición firme.

Por sus gestos y el titubeo de su voz, pensó que tal vez su comentario le había molestado. Pero él era así de impulsivo, soltaba las cosas sin pensarlas...y asi pasaba.

-Está bien, como quieras-respondió al comentario del otro- Pero no era mi intención molestarte-dijo a modo de disculpa, aunque en realidad no lo fuese.

Se levantó y sacudió el polvo de su ropa.

Se sacudió la parte trasera del pantalón con amba palmas y fijó su mirada aquel mármol que pisaba. Después volvió a alzar la cabeza para fijar su oscura mirada en la clara del otro. Oscuro, sí. Pero la luna le permitía distinguir aquellas finas y frías fracciones.

- Entonces... - Le djaba ir. Se mordió el labio instintivamente y prosiguió a tenderle la mano derecha mientras que ahora su mirada se fijaba en algo que tal vez ni estaba allí. - ... Nos volveremos a ver. -

Le tendió la mano y la sujetó con firmeza, negandose a soltarla.
Aun con la mano del otro entre la suya, habló.

-Aunque la verdad, esto ya no va a ser lo mismo sin ti...esta noche.

No quería que se fuese, de hecho, no sabía como hacer que se quedase. Tampoco iba a obligarle a que permaneciera allí, pero algo dentro de él no quería despedirse, al menos, no tan pronto.
Le miró a los ojos, tal vez así lo comprendiera.

Miró con aire distraido como pese a ser pálido, su mano era ligeramente más morena a aquella que se enroscaba entorno a la propia.

Cuando se cruzó directamente con la mirada clara del otro dio un pequeño respingo. Cerró suavemente los dedos, apretando entre los propios aquellos dedos que le habían sido tendidos.

Aquello era extraño. Nuevo y extraño. Sin saber siquiera la razón quería seguir allí, aunque fuera para terminar mordiéndole el brazo al otro. Quería. Quería seguir allí.

- Creo que por una noche nadie se dará cuenta que falto. - Masculló.

» Zack
» en las ruinas....*ZAck*
» { Un puente siniestro... } *Zack*

x. Visita Inesperada. {*Con Zack*}

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