x. Visita Inesperada. {Con Zack}

La puerta chirrió cuando la abrió. Un ruido estridente y quedo. Tampoco importaba, ninguno de los que allí dormia se quejaría. No podían. No lo harían.
Avanzó por el sendero marcado en piedras sin ningún temor o vacilación. Sabía hacia dónde ir. Sus piernas se guiaban practicamente solas. Al llegar a una de las lapidas apoyó su palida mano sobre la fría piedra de la lapida. Primeramente la acarició y después, con un par de dedos resiguió las letras, las insignias del nombre.

Suspiró. No venía muy seguido, pero cada vez que veía ése lugar se le encogia el pecho.

Dormía tras una de aquellas lápidas. El sonido de la puerta lo sacó de sus sueños.
Se asomó para ver de quién o qué se trataba.
Al parecer se trataba de un humano, o almenos eso pudo captar él.
Le vió detenerse en una de las tumbas y de acariciar el mármol.

De momento, le dejaría estar.

Se sentó lentamente sobre la lapida continua a la que antes había acariciado, y se quedó mirando por largos minutos el lugar, ahora oscuro por la hora y tenebroso porque, no mucho más adelante, el sendero se cerraba, obstruido por árboles y matorrales que eran practicamente imposibles de traspasar.

Se apoyó contra el frío mármol y sobrecogió , frotandose a si mismo los brazos.

Se acercó lentamente a él. Ahora podía verlo mejor.
Ya había comido por lo que no tenía necesidad de convertirlo en su presa, aunque no estaría mal jugar un poco con él.

Se situó justo a sus espaldas.

-Vaya, vaya, bonita vista ¿eh?-dijo refiriéndose a la imagen que tenía delante.

No se lo esperó, el tintineo de esa voz le hizo hacerse bruscamente hacia adelante, quedando ahora medio arrodillado entre la lapida y el recién llegado, frunció el ceño, cómo quién se molesta cuando alguién le despierta de su más profunda siesta.

- Quién eres? - Fue directo al grano, no perdiéndo de vista a ese ser mientras que tanteaba torpemente entre la oscuridad para llegar a ponerse en pie.

Chasqueó la lengua por su comportamiento pero lo dejó pasar.

-Soy Zack, ¿y tú?-dijo como si nada, mientras seguía mirando el paisaje.

- Kanda. -

Contestó secamente, sin pararse en los detalles y poco después, guió su mirada hacia dónde la del chico estaba medio perdida, volviéndo entonces a observar el lugar dónde se terminaba el cementerio y comenzaba el bosque.

La curiosidad le podía. Sabía que los humanos visitaban las tumbas de sus seres queridos, pero no a aquellas horas.

-¿Y que hace un humano como tú en un sitio como este?-preguntó curioso.

Enarcó una ceja. "¿Humano?". ¿Acaso él...?. Sencillamente recorrió con la mirada a quién tenía delante, ahora desconfiado.

Una vez logró ponerse en pie se fijó mejor en el porte del otro aun que no tardó en desviar la mirada.

- Enterré aquí a alguien que no debería estar en un cementerio... - Vaciló. - Humano. -

Por su actitud, sabía que el otro no sabía que él era un vampiro.

-No me referia a eso-respondió- Si no a lo extraño de la hora de la visita-le aclaró.

Disfrutaba de ver la incertidumbre del otro, aunque en aquel momento solo le preocupaba inventar alguna excusa para su estancia allí.

Tardó en responder, y al hacerlo, habló en un mal humorado tono.

- Es que todos tenemos que ser iguales?. - Preguntó mientras observaba al otro, tratando de averiguar por su cuenta de que raza procedia. Pero lejos de encontrar la respuesta fijó sus ojos en los de Zack.

- ¿Qué eres? -

-Tambien es verdad-dijo contestando a la afirmación del otro.

Se quedó un momento en silencio, dejando que le observase mientras él seguía con la mirada perdida.

-¿Tú que crees?-le respondió enigmáticamente.

- Piel palida. Rasgos finos ... -

Habló cómo quién hace la lista de la compra, nombrando los ingredientes que necesita, pero no tardó en fruncir tenuemente los labios.

- Abre la boca. -

Hablaba cómo si diera ordenes y tan buen punto terminó la frase dio un paso hacia él, esperando simplemente a ser obedecido.

*Va por el buen camino* pensó divertido.

Con lo que aquel chaval no contaba, es que sus colmillos, al igual que los de su padre, eran retráctiles, por lo que, cuando no tenía hambre o no pensaba comer nada, parecían colmillos normales, algo afilados sí, pero de largo y grosor normales.

Con desgana, abrió la boca y después, le sacó la lengua a Kanda.

-A ver, ¿algo más?-preguntó tranquilo.

Chasqueó la lengua tan buen punto pudo corroborar que allí no habían colmillos. Y volvió a retroceder el paso que avanzó. Cuando desechó su propia teoría volvió a examinarle, tampoco habían muchas otras salidas.

- Un... - Volvió a vacilar, pero estaba seguro que no se trataba de nada divino si no que, por el contrario, ése chico pertenecia al lado "oscuro". Arrugó el ceño cuando decidió exponer su segunda hipótesis.

- ... Demonio? -

Negó con la cabeza.

-Me parece que te equivocas-le espetó una vez se hubo alejado.

Se sentó en una lápida que había cerca.

-¿Qué te hace pensar que soy de los "malos"?-preguntó, aunque creía saber el por qué.

Enarcó una ceja y en todo momento le siguió con la mirada, llegando incluso a moverse para asegurarse que siempre quedaba encarado a él. Cruzó los brazos lentamente a la altura del pecho.

- Es sencillo. No te veo con aureola de ángel. - Encogió los hombros, cómo si era respuesta fuera la única verdad.

Se estaba divirtiendo bastante con aquel humano.

-No se te ha pasado por la cabeza la idea de que yo sea un simple maleante ¿cierto?-soltó, harto de que los humanos se tuviesen siempre a si mismos como santos y que los demas siempre fuesen los malos, pero intentó disimularlo.

- Me llamaste "Humano". Un "Humano" no llama a otro con ése apelativo. -

Aún de brazos cruzados prosiguió analizando ése cuerpo, pero no podía sacar nada en claro y la oscuridad tampoco era la mejor compañera.

Entornó los ojos hacia el bosque que tenían a un lado y después, volvió la mirada hacia el otro.

- Los tipos "buenos", no salen de noche. -

Rió.

-Te basas solo en eso ¿eh? No ves que los tipos como yo estamos acostumbrados a encontrarnos de todo, menos humanos, por estos lares, por eso me extrañó-le explicó, aunque no sabría si lo convencería.

Con su mano diestra se quitó el polvo de los zapatos, aunque no lo veía, sabía que estaba ahí.

-En algo sí que tienes razón, yo no soy lo que se dice precisamente bueno-admitió.

- Tu lo has dicho. "Tipos como tu". -

Bien, iba por el buen camino, tal vez el otro reconocería su identidad. No era sólo curiosidad... Esa ciudad era extraña, peculiar. Ya se había encontrado con un ángel oscuro y ahora... Entornó los ojos sobre la figura distorsionada por la oscuridad de quién seguia delante. Sí, su propio destino era encontrarse unicamente con seres oscuros. ¿O es que el mundo sólo se habitaba de ellos?.

Avanzó un paso hacia él. Firme y decidido no flaqueó cuando los metros fueron escaseando conforme caminaba.

Llegó cerca de la tumba dónde el otro se apoyaba y apunto estuvo de alargar una mano para rozar ése torso tan blanco por el mero hecho de comprovar si aquello podría incluso a llegar a ser un fantasma.

Chasqueó la lengua y negó. - No me des información que ya sé. - Espetó. Impaciente.

Aquello ya le estaba cansando.

-No te me pongas chulo-le espetó- Si quieres información, búscala tú solito, sé que sientes curiosidad-respondió a sabiendas que todo lo que había dicho era verdad.

Se elvantó y se puso frente al muchacho, mirándolo a los ojos, a un palmo escaso de su rostro.

No se acobardó, tan siquiera se movió de dónde se encontraba. Fijó su oscura mirada en el vampiro.

Arrugó el ceño.

Sin duda parecia una persona normal, no sería capaz de descubrirlo si el otro no cooperaba aun que fuese un poco.

- Si, pero cómo dicen que la curiosidad "mata", pues... - Encogió los hombros, pero en ningún momento hizo ademán de apartarse.

-No sé qué peligro podría suponer yo-contestó, confundiendo así más al otro.

Seguía mirándolo. El reflejo de la luna comenzó a colarse por entre las nubes, dándoles a ambos más visibilidad.

-Bonitos ojos-le soltó, esperando ponerle nervioso.

Lejos de ponerse nervioso enarcó una ceja ante el inesperado comentario y frunció los labios.

- Los tuyos también. - Sonrió mientras le seguia el juego, ahora podia verlo. Un ángel. Tenía la apariencia de uno. Aun que naturalmente.. Sabía que era de la noche.

Se mordió a si mismo el labio inferior, callando sus pensamientos y hundiendo la mente en estos.

» Zack
» en las ruinas....*ZAck*
» { Un puente siniestro... } *Zack*

x. Visita Inesperada. {*Con Zack*}

x. Visita Inesperada. {Con Zack}