{ Día nublado } .:.Edward Cullen.:. (<3)

Vampiro Mensajes : 80 Fecha de inscripción : 12/08/2008 Localización : Prado.

Algo en su pecho se encogió.
Imposible, él no tenía corazón.Estaba muerto; aún así no puedo evitar agachar la mirada y morderse el labio, con rabia y lástima a la vez.

-Espera.-Dijo por fin, colocándose a su lado y pasando su brazo por los hombros de él.- Te acompañaré por lo menos a casa...hay cosas más peligrosas que yo ahí fuera.

Esbozó una sonrisa triste y comenzó a andar despacio a su lado.Tras unos minutos de silencio habló por fin.

-Edward Cullen.- Dijo murmurando su nombre con un brillo en los ojos.- Creo que todavía no había tenido oportunidad de presentarme como es debido..

Al escuchar su “espera” se detuvo secamente, en cuando iba a girarse notó como le pasaba su brazo por los hombros, le miró un tanto sorprendido, no pensaba que diría aquello, pero sin evitarlo de sus labios se esbozó una sonrisa. –Gracias.- Le agradeció felizmente.
Iba a presentarse pero se acordó de que este ya sabía su nombre. –Por cierto Edward…- Musitó su nombre con dulzura. -¿Cómo sabes mi nombre? Acaso… ¿Me leíste la mente?- Quiso saber mientras que le miraba curioso.
Sabía que los vampiros eran capaces de poder leer la mente de los demás.

La tristeza de antes desvaneció y ahora se convirtió en… Alegría, felicidad.

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Rió entre dientes.No quería asaltar aquel tema,pero pensaba que ya era hora de hacerlo.

-Verás...sí y no.- Al notar la mirada confusa del peligris rió de nuevo; esta vez de forma más natural, y prosiguió.- Sí.Puedo oir...los pensamientos de los demás.Pero...por alguna extraña razón; los tuyos no.No tengo ni idea de cómo es posible, sólo sé que no escucho nada en tu cabeza.-Su mirada de preocupación cambió a una más relajada.- Tu nombre sencillamente lo escuché de esos tíos que intentaron atacarte antes.Por alguna razón sabían tu nombre.Te buscaban expresamente a ti.Dijeron algo que te querían porque eras exorcista...Pero me parece una razón bastante vacía.Creo que hay otro motivo.Creo que es tu olor lo que nos atrae.-Hizo una pequeña pausa.-A mí lo hizo.

Y rápidamente desvió la mirada para quitarle importancia a esa última frase.Si fuese humano posiblemente se habría sonrojado ante aquello.

Le escuchó con atención y a la vez mucha curiosidad.
¿No podía leer su mente? Se quedó sorprendido por aquello, hizo una mueca de extrañez. -¿No puedes?- Dijo casi en un susurro, era extraño que no pudiera, bueno quien sabe porque es la razón, pero otra cosa más que le intrigaba…

¿Cómo sabían que era exorcista, y por qué precisamente a él? Pero en cuando escuchó su segunda opinión se le quedo mirando, ¿por su olor?
-¿Por mí olor?- Dijo en un tono suave. -¿Y qué tiene de especial?- Ladeó la cabeza confuso, todo pasaba muy rápido.
Bajó la mirada al escuchar su última frase.

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-¿Que qué tiene de especial? -Preguntó como si fuese lo más obvio del mundo.- Todo Allen, todo.Al principio...-Movió las manos como intentando buscar palabras para poder expesarlo.- Al principio sólo es un olor dulzón, luego se van desplegando diferentes matices de olores, a cada cual más irresistible.Empiezan a introducirse por cada poro de tu cuerpo, y por último dejan tu nariz para enviarte el más fuerte y atrayente de todos: el de tu sangre.-Clavó sus ojos de color oro íquido en los del chico y rozó su cuello con sus largos y níveos dedos, acariciándolo de arriba a abajo una y otra vez.

-Es demasiado tentador..-Susurró con su voz aterciopelada, apartando su mano y llevándola hacia el cuello de su chaqueta de cuero para deslizarla por su hombro y colocársela encima al peligris, haciendo que tapase su cabeza, para protegerle de la, todavía insistente, lluvia.

-No queremos que te enfermes.-Y sonrió.

Le escuchó mientras que le miraba, sin apartar la vista de este, escuchándole atentamente. Después notó como sus dedo gélidos acariciaban su cuello, haciéndole un pequeño escalofrió que recorrió por su espalda.
Sacudió un poco la cabeza hacia los lados pero notó cierto peso y como le protegía de la lluvia. Se llevó sus manos en su cabeza, notando así la húmeda chaqueta del otro, lo miró para después mirar su dueño. -¿Y tú?- Le preguntó ya que veía que no se refugiaba de la lluvia, colocándose bien la chaqueta por la cabeza, haciendo que cubriera sus hombros.

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Soltó una carcajada limpia ante la pregunta de Allen.

-No te preocupes por eso.-Contestó mientras reprimía una sonrisa.- No puedo resfriarme.Estoy muerto, ¿recuerdas? -Rió sin ganas.-¿Vamos bien por aquí a tu casa? -Preguntó desorientado.

Si era verdad que Allen vivía solo porque no tenía familia, que estuviese en peligro a partir de ahora era más probable.Sobretodo por los otros dos vampiros que escaparon.Si corrían la voz, vendrían todos como manadas de animales enfurecidos y hambrientos.

Estaba tan cansado de todo esto...echaba de menos ser un humano despreocupado e ignorante de lo que acechaba al mundo.Sonrió ante esa perspectiva.

Ahora se había prometido intentar proteger a Allen, al menos hasta que alguien pudiese protegerle aparte de él.Entonces no tendría más remedio que alejarse, aunque eso le empezaba a sentar como un agudo malestar.

Al ver que el peligris se paraba delante de una pequeña vivienda, abandonó sus pensamientos para poder admirar el pequeño edificio.Intuyó que habían llegado.

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