En busca de tranquilidad *kanda*

Jadeó débilmente, pero saco la cordura suficiente como para asentir a aquellas palabras, no teniéndo la suficiente consciencia como para responder.
Apartó suavemente la boca del cuello ajeno y se dejó a esos labios que ahora le recorrian el cuello a él, por lo mientras, sus manos se enroscaron con firmeza a los brazos de su acompañante, impidiendo que desde fuera, poco más de un abrazo se pudiese distingir.

Pese a que entre el forcejeo le abrió la camisa no la dejó caer, haciendo con ello que esa blanca camisa descubriera poco mas de sus propios hombros. Entre pequeños jadeos, bajó las manos hacia el cierre del pantalón contrario, acariciando torpemente la zona antes de, con manos incluso temblorosas, bajar suavemente el mismo.

De nuevo aquella boca sobre la propia... Apretó con fuerza los parpados al sentir su lengua apoderarse de su humeda cavidad, soltando débiles gemidos al tiempo que con su cintura hacia cierta presión sobre la contraria.
- Hace frío.. - Escalofrio. El otro estaba sobre su pecho. - ..No me quites toda la ropa..-
Ya retirado el cierre, metió la mano dentro del pantalon para rozar directamente por encima de su ropa interior, haciéndo algo de presión con esa mano.

Gimió debilmente y llevó su cuerpo entero hacia adelante, dónde enterró el rostro contra la suave piel de su cuello, respirando allí con cierta pesadumbre. Su mano se movió ahora con mas firmeza, cómo sabiéndo exactamente que hacer pese a su ya mencionada inexperiencia. Sujetó con cierto cuidado el largo del otro miembro y apretó los dedos entorno al grosor de éste.

Gimió cuando no pudo retener más los labios sellados, aunque estos no se quedaban del todo quietos, pues en el preciso momento en el que se vieron alzados recorrieron con prisa la boca del otro, lamiendo tanto como alcanzaba y pellizcándole con los dientes la parte inferior del labio.
Su mano se cerró con fuerza en el otro sexo cuando sintió las acciones hacia el propio y de manera casi inconsciente movió la cintura hacia él, buscando algo mas de atenciones a ése que seguia sujetando.

Jadeó débilmente al sentir la mordida que el otro le había proporcionado en el oído y contrajo todos los musculos de su cuerpo.

- Eso sería imposible.. Tengo demasiado calor. -Murmuró, moviéndo su medio humedecida mano por el líquido pre-seminal del otro por el largo de su sexo, haciéndolo cada vez con mas rapidez.

Ahogó un quejido que pretendia ser un distorsionado gemido que se vio obligado a acallar por la necesidad de corresponder a ese beso, gustoso del sabor de éste. Gimió pausadamente y movió la cadera en busca de mas contacto con esa mano mientras que su mano diestra, aun aferrando el sexo del otro comenzó a bajar aquella piel para descubrir así el prepucio del otro, rozando esa carne rosada y desprotegida con el índice.

Jadeó quedamente, no pudiéndo reprimir que sus mejillas se tintasen en un carmín aun mas profundo, ya no reprimia los gemidos, simplemente los dejaba escapar al ritmo que estos salian como gruñidos de su pecho.
El pantalón ahora era un icordio, bajo como pudo el mismo, pero un poco, simplemente para dejar al descubierto su ropa interior y una vez logrado se sento totalmente sobre el miembro contrario, dejando de atenderlo con la mano para que su propio peso hiciera la presión oportuna a ése palpitante sexo.

Sonrie, aunque le deja a él ésa tarea, enredando entre tanto sus delgados brazos entorno al cuello de su compañero, moviendo sinuosamente la cintura para recrear formas circulares sobre aquello en lo que permanece sentado. Gimiendo débilmente entre la unión de ambas bocas.

Nervioso toma aire con prisa y sus brazos presionan con aun más fuerza el cuello de su compañero, gimiéndo débilmente ante el paso de esa boca por la superficie de su cuello, sintiendo su propia piel erizarse ante ése excitante paso.

- S-si... - Gimioteó, tratando de relajarse, aunque su cuerpo se veía notablemente tenso, pues aquella era su propiara vez. Apretó su cuerpo con el del ángel y rozó su sexo contra el vientre de su acompañante en busca de más estimulo, aunque ya estaba totalmente excitado.

Intentó relajarse, pero no podía. Era la primera vez que hacia ése tipo de cosas y el nerviosismo le invadía... Abrió los ojos, de manera exagerada tal vez y practicamente sin querer lanzó un grito entre la oscuridad de aquella cueva.

Sus dedos se enterraron en la piel del otro y volvió a emtir un sonido quejumbroso, doloroso; Aquello dolia. Dolia más de lo que había imaginado.

- D-duele! - Se quejó, tratando de relajarse pero siendo aquello casi imposible.